Empieza la puesta en marcha de algo, algo que promete sustituir aquello vano y efímero. Empezó siendo un juego, como cuando pruebas el azar en las carreras. Pero esta vez es diferente es como si fuera natural y predestinado, es irrevocable y estoy emocionada.
Me da que consiguió que mi corazón se fuera con él. Va detrás de él cual perro fiel, siempre atento a su dueño. Sé que lo cuidará, o al menos eso espero porque junto a él se fue mi pequeño traidor y será para no volver me temo.
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